POR TODA LA VIDA DE LOS HUMANOS LOS PARASITOS PERVIVEN EN SU ORGANISMO
Por Armando Durán Solís
De los más de mil parásitos que pueden integrarse en el cuerpo humano, no son detectados por los análisis tradiciones más que cuarenta de ellos. Los síntomas de la presencia de parásitos es muy variada dependiendo de las características de cada uno de ellos, los cuales se manifiestan principalmente por cansancio, mareos, gases, periodos alternativos de estreñimiento o diarrea, insomnio, estrés, pérdida de apetito, rechazo a las carnes de todo tipo, babear durante el sueño o rechinar de dientes durante el mismo, ojeras, pérdida de peso, anorexia, hiperactividad, nerviosismo, comezón en la nariz, reacciones alérgicas, desasosiego, irritabilidad o depresión; insomnio, pesadillas o sonambulismo: labios y párpados hinchados o bolsas debajo de los ojos, ardor en la planta de los pies.
El ser humano es un perfecto receptor de parásitos, que provee alimento y cobijo a un gran número de ellos, de los 120 parásitos comunes que se pueden encontrar en el cuerpo humano, nosotros tenemos docenas de parásitos distintos. El hecho de que no los podamos ver o sentir, nos hace suponer erróneamente que no los tenemos, pero allí existen alimentándose de nuestras células dejándonos sus resid- uos tóxicos en nuestro organismo, que se manifiestan con síntomas y enfer- medades de: el cuero cabelludo o la piel; el cerebro, los ojos, los oídos, la laringe, la tiroides, las paratiroides, la amígdalas, glándulas linfáticas y conductos linfáti- cos; bronquios y pulmones, corazón, diafragma, el hígado y la vesícula biliar, el páncreas, intestino delgado, estómago e intestino grueso, los riñones, las glándulas adrenales, en la próstata, testículos, vejiga, en el útero, en los músculos, en el sis- tema nervioso, en las articulaciones, en la sangre, en las venas, en los huesos, en el timo, en la pituitaria.
Los parásitos están relacionados con enfermedades como alergias, alzheimer, an- gustias, anorexia, artritis, cáncer, colitis, demencia, depresión, diarrea, disentería, distensión abdominal, retortijones, dolor de espalda, dolor de cabeza, esclerosis múltiple, esquizofrenia, enfermedades autoinmunes, estreñimiento, fatiga crónica,
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fiebre, flatulencia, gastritis, hipoglucemia, hipotiroidismo, infertilidad, parkinson, pérdida de peso, comezón en el recto, problemas respiratorios, problemas men- struales,, poco deseo sexual, sangrado del recto, sangre en la heces, vómitos.